Germán Blanco | Vinos de pueblo con talento en la Ribera del Duero

Germán Blanco es una excepción en la tradición veraniega de la sala de catas. Normalmente, servidor conoce bien a los ponentes. No obstante, en algunas ocasiones me permito invitar a alguien a quien conozco poquito… pero al menos tengo que haberlo visto una vez, tengo que recordar alguna conversación, la forma en la que me miraba y cómo me estrechaba la mano, y lo reconozco tiene que caerme bien. Es una de las ventajas de ser propietario… ¡aunque sea de una pequeña ruina de barrio como Er Guerrita!

Germán Blanco es una excepción porque no le había visto en mi vida. ¿Qué hace por aquí entonces?

Nuestro ponente del 05 de julio de 2014 cuenta con buenos amigos que le defienden a capa y espada y resulta que algunos de esos buenos amigos son personas a las que respeto profundamente.

Así que aquí está, con sus Milús, Cometas, Malos, con proyectos nuevos y otros de futuro. Se ve que disfruta de la cata, del vino y de la compañía de los aficionados. Por eso en la mesa hay 20 vinos por abrir.

Para no encontrarme con el invitado por primera vez en la sala de catas, adelantamos una comida en el restaurante Arriate, de El Puerto de Santa María. Un suelo de albero al aire libre y una buena cubitera llena de botellas fueron testigos de una distendida charla. Me dio tiempo a mucho más que ponerle cara. Germán es de los que habla sin pensar demasiado y eso está bien. Pronto uno se entera de que reparte su tiempo entre Gijón, Ribera y el Bierzo. No lo cuenta como una carga, sea dicho, más bien como un privilegio.

Cuando nos despedimos, me fui con la sensación de que había conocido a alguien feliz y disfrutón, una de esas personas que valora sus pasos en la vida con agradecimiento.
Ahora entiendo las etiquetas despreocupadas que visten a sus vinos; son el resultado de un ánimo alegre. Ahora entiendo el cariño que le gastan sus amigos; puro reconocimiento a la pasión que le guía.

Hoy Germán ha dividido su cata en pasado, presente y futuro… Para mí que este es como el rabo de una lagartija y que en vez de un futuro tendrá varios… todos divertidos.